Las cerezas y picotas dan color y sabor a los fruteros en verano, mucho más variados y apetecibles que durante los meses de más frío. Unos frutos pequeños en tamaño pero muy grandes en sabor que, en España, alcanzan su ‘máxima expresión’ en la
región extremeña del Valle del Jerte (la mayor superficie concentrada de cerezos de toda Europa).
En esta zona geográfica (que comprende además del Valle del Jerte parte de las zonas vecinas de La Vera y el Valle del Ambroz) goza de
un microclima especial en el que, bajo estrictos controles de calidad, las cerezas y picotas son
recolectadas una a una tras haber madurado naturalmente en los árboles al sol, sin estar sometidas a
ningún proceso artificial. Tal es su calidad que, como los buenos vinos, cuentan con su propia
‘Denominación de Origen Protegida’.
Una verdadera delicatessen que además de en estado natural, puede formar parte de las más variadas
recetas, tanto dulces como saladas. Estos de aquí debajo son sólo algunos ejemplos:
- Crepes de cerezas
- Panchineta
- Ensalada de pollo y cerezas
- Brochetas tricolor
- Tocinillo con compota
- Tartaletas de cereza y chocolate
Para ver más sobre estas recetas, consultar la fuente:
Hola.com.
